Los embutidos
tienen un Índice Glucémico -IG- de 0,
aunque su contenido en grasas -especialmente en grasas saturadas- así como en
colesterol y sal; hace que las
recomendaciones de este grupo de alimentos sea de un consumo esporádico y eligiendo
aquellos con menor contenido graso como son: el pavo, el jamón cocido o
de york (mejor los que son sin azúcares y bajos en grasas y sal) y en menor
cantidad y frecuencia el jamón serrano magro.
Las dietas hiperproteicas como la
Dukan u otras, recomiendan especialmente el pavo y el jamón bajo en grasa, por
tener un aporte de hidratos de carbono muy bajo, un IG
de 0, un contenido alto en proteínas animales y sobre todo basa la elección frente a otros embutidos en
que son los de menor contenido en grasas, especialmente en grasas saturadas y
en colesterol. Su contenido en sal es alto y deben elegirse los más bajos en
sodio.
El
resto de embutidos deben evitarse de la dieta. Si se quieren consumir, el
consumo debe ser muy esporádico y en pequeñas cantidades (menos de 50 gramos),
vigilando con qué se acompañan.
CONSEJO: si se toman embutidos, la elección ha de ser la del primer
grupo y sea cual sea el embutido elegido, para reducir su almacenamiento y que
nos “engorde”; un truco es acompañarlo únicamente con alimentos con muy bajo
índice glucémico, manteniendo por tanto los niveles de glucemia e insulina bajos
en sangre durante las 3-4 horas siguientes y anteriores. El Pan con embutidos
es un placer que se paga caro en las personas a régimen de adelgazamiento,
debido a que el pan tiene un alto IG y eso hace que las grasas de los embutidos
se acumulen en mayor medida. En las personas con normopeso, el consumo de
embutidos debe ser esporádico debido a su contenido en grasas saturadas,
colesterol y sal.
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