A petición de EOC -seguidor del
blog- me he decidido a hacer una entrada sobre el ayuno pues se trata de un tema
interesante que muchas veces los médicos nos negamos a abordar.
El comentario hecho por EOC
es el siguiente:“Hola Paco. Probablemente será una pregunta estúpida, pero no puedo evitar sentir curiosidad por el ayuno, una práctica que casi siempre ha estado vinculada a contextos místicos y religiosos, o a problemas como la bulimia y anorexia. ¿Tiene algún tipo de beneficio para la salud la práctica del ayuno? Gracias.”
En primer lugar agradecer a EOC su participación y como ya dije se
trata de una pregunta muy interesante, pues el ayuno es un tema que los médicos
no solemos abordar y que mucha gente se pregunta si es o no bueno realizar un
ayuno y cómo realizarlo.
EOC comenta la vinculación del ayuno a contextos místicos o religiosos;
sin duda siempre ha estado el ayuno presente en muchas religiones y en mi
opinión –sin pretender ser un experto en temas religiosos- se debe al efecto
purificador que el ayuno genera en quienes lo practican.
En lo referente a su pregunta acerca
de si es bueno o no realizar un ayuno, mi
opinión es que el ayuno (entendido como dejar de alimentarse de forma
voluntaria) puede llegar a ser beneficioso únicamente cuando sea bajo un
consejo y supervisión apropiada, tanto en lo referente a su tipo y duración
como al número de episodios de ayuno que se practican.
La falta de apetito aparece
como un síntoma en muchas enfermedades y posiblemente es un mecanismo de
defensa (muchos animales ayunan instintivamente en cuanto se sienten enfermos).
Sin embargo, el ayuno no está bien visto
desde un punto de vista médico tradicional salvo en ocasiones puntuales,
especialmente para dar un reposo al tracto digestivo en las gastroenteritis
agudas.
El ayuno -bien realizado- se
recomienda en muchas culturas y religiones en las que sirve para
purificar el cuerpo y la mente, con el objetivo de que nuestro
organismo “descanse” (especialmente el aparato digestivo e hígado) y pueda
depurar los tóxicos y lo excesos acumulados con una alimentación desequilibrada
e hipercalórica u “otros males”. El ayuno requiere de fuerza de voluntad y
concentración para mantenerlo y eso fortalece la mente. La gran mayoría de las
grandes religiones contemplan el ayuno, ya sea como medida purificadora o como
un sacrificio e incluso como un medio para alcanzar un mayor nivel de oración.
No quisiera entrar en conceptos espirituales o religiosos pues no son el
objetivo de este blog ni soy el adecuado para ello.
En la cultura occidental, si se han desarrollado planes de ayuno
con fines depurativos o de desintoxicación
Para ello no se suelen hacer ayunos completos, sino que se realizan
ayunos con agua o bien semi-ayunos con zumos de frutas o caldos –sin sólidos-; que
son los que se suelen hacer cuando son prolongados en el tiempo (una o dos
semanas muchas veces).
Si bien los fines depurativos e incluso curativos han sido la causa de su práctica, últimamente se
ha utilizado el semi-ayuno prolongado como un método con el único objetivo de perder peso; de modo que en una semana o dos
semans se quiere perder los kilos ganados durante los últimos meses de excesos.
Este uso del ayuno como un plan de adelgazamiento favorece conductas inadecuadas
el resto del tiempo y no atiende a la importancia no sólo del ayuno, sino la
relevancia de un adecuado inicio y el regreso a la normalidad. Es muy
importante en estos casos no proceder al típico atracón antes y tras este tipo
de “terapias” pues puede resultar muy perjudicial y que, por desgracia, es bastante
habitual.
El ayuno corto o de corta
duración es el que dura menos de 24 horas y no debe ser perjudicial en una persona adulta sana si mantienen unos
hábitos dietéticos saludables. De hecho,
ayunos cortos de 12 a 18 horas como los producidos por no cenar son muy típicos
en personas longevas que han vivido más años que la media; pero también influye
que desayunas y comen saludablemente. Recuerda el dicho que reza: “Desayuna
como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”. Cenar nada o muy
poco (“como un mendigo”) y unos
hábitos dietéticos hipocalóricos han sido considerados como algunas de las
claves modificables de la longevidad (excluyendo aquí la genética y
especialmente el papel de los Telómeros que tan de moda están últimamente).
El ayuno de larga duración
ya produce desequilibrios metabólicos más complicados que destruyen proteínas y
usan “rutas metabólicas secundarias” para obtener la energía necesaria;
especialmente cuando se agotan las reservas de glucosa que nuestro organismo
tiene en forma de glucógeno, principalmente en hígado y músculos. Esta es una
de las claves metabólicas de dietas muy hiperpoteicas como la Dukan, en la que
se hace un agotamiento de las reservas de glucosa aportando únicamente
proteínas y grasas, sin apenas hidratos de carbono. Tanto en estas
circunstancias como durante el ayuno prolongado se producen los conocidos
cuerpos cetónicos al agotarse las reservas de glucosa y se pone en jaque al
equilibrio ácido-base que el organismo tiene que “mantener” con medidas que a
largo plazo son negativas para la salud. La duración de esta situación puede
complicar la salud por lo que requiere de un control personalizado y estricto
para que pueda ser realizado con fines depurativos o incluso curativos, como ha
sido utilizado por muchos médicos.
Yo no recomiendo a nadie que haga ayunos sin el consejo y
seguimiento personalizado de un médico, al menos ayunos sólo con agua superiores
a las 24 horas. En caso de padecer enfermedades de cualquier tipo o tomar medicamentos,
es siempre necesario comentar con su médico.
No dispongo de experiencia para ayunos superiores a los 3 ó 4
días, aunque se han usado en un importante número de pacientes como terapias
para mejorar la salud en muchas patologías crónicas, pero siempre bajo
supervisión médica directa. Algunos médicos han profundizado en el ayuno como
una terapia curativa y recomiendan esta práctica, pues consideran que “estamos enfermos porque
estamos intoxicados y es por ello que se requiere una terapia depurativa para
eliminar o reducir esos tóxicos” (hay médicos que han supervisado ayunos
prolongados de más de 21 días en más de 30.000 pacientes –Dr. Shelton-).
En resumen, y en
mi opinión personal, el ayuno puede
ser una herramienta útil para depurar y desintoxicar nuestro organismo y
reparar nuestra salud siempre que se sigan las siguientes pautas:
1º.- Ser
aconsejada y supervisada por un médico.
2º.- Tener un buen estado de
salud y no tomar medicamentos. La
toma de medicamentos y el padecimiento de enfermedades requieren de un control
médico más exhaustivo.
3º.- Entender y
comprometerse a seguir el planteamiento que se
aconseje en su caso, así como que el ayuno implica también actuaciones
correctas al inicio y a la finalización del mismo.
4º.- No aconsejo –salvo
recomendación médica y su control directo-, ayunos superiores a los 3 días. Nunca recomiendo un
ayuno TOTAL, siendo recomendable el ayuno con al menos 1,5 a 2 litros
de agua o bien de sólo líquidos, con caldos o zumos de frutas (semi ayuno).
5º.- Infórmese
adecuadamente: Si no se está
bien informado y entiende lo que significa hacer ayuno, es preferible que no lo
realice. Debe planear los días de ayuno y evitar
esfuerzos físicos durante el mismo, así como un ambiente tranquilo y de
descanso.
6º.- Aconsejarse
cuándo puede realizarse y cómo con su médico. En
un punto del Diet Plan hablaré de los DIAS SIN, incluyendo en ellos los días de
ayuno que aquellos quienes cumplan ciertos requisitos podrán realizar en su plan dietético*.
7º.- No
recomiendo practicar ayuno a
quienes luego no siguen unas pautas básicas de alimentación saludable y sólo
buscan bajar de peso con una terapia agresiva. Desde
mi opinión, se debe preparar al organismo y dotarlo de reservas adecuadas de
micronutrientes así como hacerlo tras el ayuno, evitando un regreso brusco y
nocivo a la normalidad.
8º.- El ayuno no
es la solución para adelgazar,
pero puede ser una herramienta ocasional
útil en algunas personas que estén dispuestas a seguir un plan personalizado.
*Nota: cuando hablo de DIETA no me refiero únicamente a una
Dieta de Adelgazamiento. La palabra dieta proviene de dayta que en griego
significaba “régimen de vida” y en particular nos referimos a dieta como el
conjunto de los alimentos que normalmente comemos. Pueden ser dietas de
adelgazamiento, dieta para celiacos, hipertensos, dislipemias,
post-quirúrgicos, embarazadas, etc.
Muy interesante!
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