Desde mis tiempos de estudiante de medicina comencé a prestar una
atención especial en el mundo de la dietética y de la nutrición, especialmente
en lo referente al sobrepeso y a la obesidad, como uno de los principales
problemas de salud de nuestra sociedad, tanto en el punto de vista físico como
desde el punto de vista psicológico -en el sentido de la percepción que cada
individuo tiene de su autoimagen corporal y de los estereotipos de imagen que
nuestra sociedad impone-. Los cánones
sociales premian una figura modélica y en cambio se trata de una sociedad en la
que, cada vez más, se propugnan hábitos y conductas que favorecen el
sedentarismo y la comida rápida e hipercalórica en los hábitos de vida de la
población.
En sexto de carrera comencé una tesina en la cátedra de endocrinología
y nutrición de la facultad donde estudié, que versaba sobre la evolución en
peso y porcentaje graso de mujeres con anorexia nerviosa. Lo que más me llamó
en este estudio es la alteración de la percepción de la imagen corporal que
estas chicas tenían. Posteriormente, en mi formación como médico interno
residente -MIR-, pude comprobar -en el Departamento de Psiquiatría- la
capacidad autodestructiva que esta enfermedad puede llegar a provocar en las
pacientes que la sufren –principalmente mujeres-.
En ellas observé que el peso
era el eje de sus batallas diarias y lo importante era no aumentar peso e
intentar bajarlo fuera como fuese; muchas veces con etapas voraces de ingestas
hipercalóricas que generaban el posterior sentimiento de culpa y la urgente necesidad
de eliminar lo que ansiosamente acababan de engullir en un ataque de
glotonería. Todo vale: la provocación de vómitos, la realización de ejercicio
intenso, uso de diuréticos o ayunos prolongado, etc; todo vale, con tal de
eliminar el sentimiento de culpa del “pecado cometido” y evitar ganar peso. Sin
embargo, con atracones o no, al final la clave no está en el peso sino en su
percepción de su imagen corporal, especialmente de su SILUETA, en la que por un trastorno psicológico se siguen viendo
gordas aunque estén en riesgos extremos de delgadez, por lo que siguen
combatiendo para evitarlo poniendo en peligro su vida y por desgracia acabando
con ella en algunas ocasiones.
En el otro lado de la balanza se encuentra la obesidad; en
especial la obesidad mórbida en la que la deformación de la silueta es real y
el enfermo –la obesidad es una enfermedad- también presenta alteraciones
psicológicas que le hacen abandonarse a lo que parece ser lo único que le
complace…la comida; pues el resto de los placeres de la vida se le van negando
cada vez más por su obesidad, ya sea por la discapacidad que le genera en las
actividades diarias como en el rechazo social que perciben y que por desgracia
es real en muchas ocasiones.
Entre estos 2 extremos expuestos, que sin duda requieren una
atención multidisciplinar tanto desde el punto de vista sanitario como social,
encontramos el problema del sobrepeso y la obesidad en sus diferentes grados,
que además de aspectos psicosociales derivados de la silueta de cada individuo
y de la percepción y grado de aceptación o repugna de su autoimagen corporal,
ha demostrado ser un importante factor de riesgo de las principales
enfermedades crónicas de nuestra sociedad.
Sin duda se precisan estrategias globales que las autoridades y
organizaciones sanitarias están impulsando y desarrollando en multitud de
campañas de educación poblacional a lo largo de todo el mundo. La propia OMS (Organización Mundial de la
Salud) considera desde 1998 a la obesidad como una epidemia global que
constituye un importante problema de Salud Pública, por lo que ha establecido
unos criterios básicos con los que educar a la población para mejorar su
calidad de vida y su salud fomentando hábitos de vida saludables. En su “Plan de acción 2008-2013 de la estrategia
mundial para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles” afrontan
el control del tabaquismo, la práctica regular de actividad física y régimen
alimentario o dieta.
Fortalecer,
promover y proteger la salud es el objetivo de la estrategia mundial sobre régimen alimentario,
actividad física y salud. La OMS y la FAO
en un reciente informe recomiendan la
ingesta de un mínimo de 400 gramos diarios de frutas y verduras, exceptuando
los tubérculos (patatas, yuca, papa, etc) con el fin de prevenir enfermedades crónicas tales como las cardiopatías, el
cáncer, la diabetes o la obesidad. Creo que es un buen momento para
rogarles que hagan el esfuerzo de educar a sus hijos en el consumo diario de
frutas y verduras variadas.
La OMS y las autoridades políticas y científicas deben velar por
la salud de la población, al igual que la industria alimentaria que debe
evolucionar adecuadamente en este aspecto. Sin
embargo, lo que nos ocupa en esta ocasión es la actuación en el PLANO
INDIVIDUAL que no es más que aquellas conductas que dependen de Usted y cuyos
beneficios o perjuicios le afectan también a Usted.
La actuación importante empieza en cada individuo y lo mejor es
que cada
una de las personas con problemas de sobrepeso u obesidad puede afrontar el
problema y solucionarlo por sus propios medios con una ayuda mínima,
pues el éxito real de cualquier programa de adelgazamiento se basa en la
motivación y el refuerzo de la misma para la consecución de los objetivos que
cada uno se plantee.
Preservar y mejorar la Silueta y la Salud son realmente los 2
principales motivos por lo que todo el mundo está dispuesto a cambiar de
hábitos y esforzarse en la reducción o abandono de los hábitos nocivos o de
mayor riesgo para la salud.
El plan de adelgazamiento que en este blog iré enseñando, se
diseña a partir de estos 2 criterios -Silueta y Salud- tras analizar las
experiencias de otros métodos, de mi visión acerca de sus fortalezas y
debilidades que en todos ellos he podido observar a lo largo de estos últimos
15 años ejerciendo como médico.
En este Siglo XXI un método dietético ha tenido un especial éxito
y seguimiento y se trata del denominado “Método Dukan”. Anteriormente otros
métodos tuvieron éxitos importantes entre los que me gustaría destacar los
siguientes: el método Atkins, el de Montignac que surge como evolución del anterior,
el Weight Watchers que innova en la motivación y apoyo grupal, la dieta de las
proteínas y otras muchas antiguas y nuevas que cada día salen, incluyendo este
método que aquí le estoy presentando con el ánimo de que al menos lo conozca
para evaluar si puedo ayudarle a conseguir sus objetivos, especialmente a
adelgazar y mejorar su silueta sin dejar de lado la importancia de preservar o
mejorar su salud.
Si una dieta ha perdurado en el tiempo y goza del apoyo científico
y de los principales organismos y sociedades médicas es la dieta equilibrada e
hipocalórica acompañada de la práctica regular de actividad física y que
detallaré en otra entrada del blog pero con críticas espero que se entiendan
constructivas por todos aquellos que estoy seguro criticarán el método que aquí
propongo. Por desgracia, este método avalado por la Sociedad Médica es el que
más abandonos presenta y por tanto no se alcanza el objetivo
principal que es el de disminuir y mantener el exceso de masa grasa en aquellos
que la realizan. Contar calorías, pesar alimentos, planificar
todas las comidas requiere un nivel de aprendizaje, compromiso, dedicación y
motivación que hace que una parte importante de quienes hacen una dieta
equilibrada hipocalórica abandonen al cabo de un tiempo y recuperen nuevamente
su estado anterior.
Y llega con el Siglo XXI un nuevo avance en el concepto de la
nutrición y es el concepto de la Nutrición Óptima donde aparte del consumo adecuado
de macro y micronutrientes cobran relevancia el aporte de otras sustancias que
sin necesidad de nutrir aportan beneficios saludables por su función bioactiva.
Hablo por ejemplo de los polifenoles del vino, del licopeno del tomate y de un
número cada vez mayor de sustancias que se están investigando y demostrando su
participación en la preservación de la salud y disminución de la enfermedad.
Los objetivos principales de este Blog son los siguientes:
1º.- Adelgazar:
conseguir su peso óptimo y reducir la masa grasa mejorando su silueta y lograr mantenerla dentro de unos límites de
salud adecuados.
2º.- Educar en
nutrición saludable para que incorpore nuevos hábitos dietéticos que mejoren su
salud actual y futura.
3º.- Fomentar la
práctica regular de actividad física.
4º.- Disminuir
los factores de riesgo para su salud.
No trato de inventar nada pues ya en el Siglo IV a.C., el que se
considera el padre de la medicina moderna, el médico griego Hipócrates decía:
“que el alimento sea tu mejor medicina y tu mejor medicina sea tu alimento”.
Espero vuestros comentarios y perdonad que vaya incorporando poco
a poco información.
EStimado Doctor: Soy delgada pero de vez en cuando me noto algo hinchada, como con retenciónd e líquidos. Mi alimentación es muy variada, pero cuando incremento el ejercicio en mi dieta, como correr media hora todos los días, adquiero como dos o tres kilos más. Me dicen que puede ser por desarrollar músculo, pero he observado que haciendo bicicleta por ejemplo no adquiero tanto peso. Que ejercicio es el recomendable para mantenerse en forma cuando estás haciendo dieta? Si incrementamos el deporte debemos aumentar los hidratos de carbono en vez de las proteinas?? Muchas gracias y sobre todo enhorabuena otra vez por este espacio
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarHola Laura, las preguntas que me haces son complejas de contestar sin poder personalizarlo.
EliminarPermíteme contestar algunas generalidades conforme a tus preguntas y si deseas una información más personalizada no dudes en hacerme una consulta en el siguiente email: dietplan8@gmail.com.
Con la práctica de ejercicio, debemos mantener igualmente un equilibrio en nuestra dieta, y si queremos mantener el peso/grasa, deberemos incrementar el consumo en nuestra dieta para compensar el incremento del gasto debido al ejercicio que realicemos. Es importante que ésta sea sana incorporando además de un equilibrio adecuado en macronutrientes (proteínas, hidratos de carbono y grasas), un aporte correcto en micronutrientes y sustancias bioactivas (oligoelementos, vitaminas, sustancias antioxidantes, etc).
En cuanto a las posibilidades de respuestas del peso frente al ejercicio, hay muchas que dependen, además de la respuesta personal de cada uno, de los siguientes aspectos, para aquellos que vienen de una etapa sedentaria y comienzan a practicar ejercicio:
- Tipo de ejercicio, periodicidad e intensidad / duración del mismo: en la mayor o menor quema de grasa, así como en la mayor repuesta de incremento de masa muscular (y por tanto de peso) frente a ejercicio, influyen el tipo de ejercicio, principalmente aeróbico frente a anaeróbico así como la intensidad y duración de ellos ( o diferentes combinaciones del mismo).
- Tipo de alimentación: todos hemos observado que los que practican culturismo además de practicar con regularidad ejercicios anaeróbicos intensos, cuidan especialmente su alimentación, que es alta en proteínas y baja en grasas, cuidando el perfil de los aminoácidos y de los hidratos de carbono. La dieta debe ser equilibrada y variada, adaptándose a la práctica del ejercicio.
- Cambios de hábitos dietéticos con el ejercicio: si comenzamos la práctica regular de ejercicio, podrá incrementarse el peso al principio dependiendo de si modificamos también o no nuestros hábitos dietéticos: podemos comer más cantidad de nuestras comidas habituales, comer menos y mejor (más sano e hipocalórico) o seguir comiendo de modo similar. En el primer caso (a veces la práctica de ejercicio hace que lleguemos a casa “hambrientos”), podemos aumentar de peso fácilmente y no siempre se recupera, pero al menos mejoramos nuestra condición física y nos beneficiamos de lo positivo de la práctica regular de actividad física. En el caso de no modificar la dieta, lo normal es que si bien podemos aumentar un poco de peso, con el tiempo tenderemos a mejorar el peso y perder volumen. En el caso de acompañarlo de una dieta más sana y con menor ingesta calórica, el incremento del peso no suele darse, aunque si puede haber una resistencia a bajar peso, pues el peso que se perdería con la eliminación de grasa se compensa con el del incremento de la masa muscular.
- Otros factores que pueden influir: además de los aspectos anteriores, luego hay otros que dependen del estado de salud de cada persona, como son la tendencia a retener líquidos, estreñimiento, cambios hormonales, mayor o menor hipertrofia muscular en respuesta al ejercicio, etc.
Con el fin que nos ocupa, la recomendación es la de practicar ejercicio aeróbico personalizado a tus objetivos, que no han de centrarse solamente en el peso, sino en tonificar tu cuerpo, mejorar tu condición física y además remodelar tu cuerpo para que te sientas mejor con tu autoimagen corporal.
El aumento del peso también puede ser por una mayor retención de líquidos, estreñimiento, etc. Hay que analizar tu caso en particular para poder conocer tu respuesta y establecer la mejor estrategia para ti. Personalizar el plan es la clave.
En cualquier caso, debemos desterrar la idea de centrarnos únicamente en el peso y fijarnos además en otros aspectos como son la mejoría en tu bienestar y en tu silueta. Con el tiempo, si mejoramos la silueta, el peso acabará disminuyendo y la gratificación real es cuando nos sentimos a gusto ante el espejo o viéndonos en fotos, videos, etc.
Un saludo. Paco.